BIOGRAFÍA

Mira, yo nací en 1898, eso nadie me lo quita, así que tengo ya setenta y dos años. Nací en Madrid, pero no en esta casa, vivíamos aquí, eso sí, cuando yo empecé mis viajes; el primero, a Londres, te voy a contar... Yo debí nacer con el alma viajera porque entre mis recuerdos de niña guardé siempre el del puerto de Santander lleno de barcos, inmensos, me parecía que se iban para todos los lugares del mundo, todos iluminados de luces en la noche. A los siete años ya decía yo que me iría un día en uno de esos barcos. Y resultó que un día me fui.

Viajé por varios paises, destacando Inglaterra y Argentina. Conocí a Manuel Altolaguirre en 1931, un año más tarde nos casan y vivimos, de 1933 a 1935, en Londres, donde nació nuestra hija Paloma.
Junto con mi marido contribuí a la difusión de la obra del grupo del 27, editando colecciones de poesías y revistas como Poesía, Héroe, 1616, y Caballo verde para la poesía. Nos exiliamos tras la guerra civil a Paris, y La Habana, aquí hasta 1943. Un año después llegamos a México donde nos separamos.
Regresé a Mdrid en 1966. Continué residiendo en México hasta mi fallecimiento en 1986. En 1991 se publican mis memorias sacadas de unas cintas que había ido grabando.

Nosotros veraneábamos en San Sebastián y allí fue donde a los dieciocho años conocí a Luis Buñuel, y por él, que entonces estudiaba en Madrid y en la Residencia de Estudiantes, era compañero de García Lorca y de Dalí, entré en contacto con mucha gente, de la que formaba el que habría de ser el segundo Siglo de Oro español. No, las chicas de la época no teníamos libertad de ninguna clase, ni salíamos solas, las señoritas de compañía eran una institución imprescindible. Poco a poco y desde que fui mayor de edad yo empecé a evadirme de tutelas, como podía, y eso me sirvió para cambiar los tés danzantes, entonces estaban de moda los tés danzantes, y los paseos de la Castellana por exposiciones, conferencias y tertulias literarias. Empecé a escribir; a los veintiséis años publiqué mi primer libro, «Inquietudes», el segundo fue «Surtidor». Mi asesor literario era Rafael Alberti, que había ganado ya el premio nacional de Literatura. Pero no estaba contenta, seguía empeñada en marcharme...

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